Noticias » Opinión
El lenguaje de las campanas
En otro tiempo, hace muchos años los hombres solían y sabían escuchar los sonidos que desde el campanario les llegaban. Era natural para ellos, descifrar un tañido, interpretar un repique o un martilleo.
Aquella música de metales, lanzada hacia el horizonte del viento, les advertía a los habitantes de un lugar si la tormenta montañosa se acercaba, si el enemigo acechaba, si era la hora irrenunciable del "Angelus", si el júbilo daba motivos para festejar por las calles, o si a alguien le había llegado la hora de la muerte…
A cada sonido un significado y una conducta acorde. La Cristiandad jerarquizó a la campana y la hizo signo cultural, para que al canto de sus redobles, los pueblos todos supieran qué estaba pasando.
Ayer cuando todas las campanas de Roma se pusieron a sonar y se abrieron por fin las cortinas del Vaticano, la sorpresa estaba allí presente: Francisco 1º, Francesco 1º, François 1º….., un “Argentino Papa” . Por primera vez en la historia.
Un papa que es Argentino, que sonríe, que saluda, que bromea apenas unos minutos después ser electo , que pide la bendición antes de darla, que es jesuita, austero, que vivía en un departamento en vez de vivir en un Palacio Arzobispal y usaba en el transporte público para ir a acompañar a los enfermos y a los pobres, y que elige el nombre de Francisco es una oportunidad a la esperanza de muchas personas.
Para los católicos y para todos aquellos , que desde la duda o del descreimiento absoluto, desean que la Iglesia haga del decir, un hecho, y que se dedique a estar al lado de los hombres; solo el tiempo dirá si, efectivamente, el argentino Jorge Mario Bergoglio, es el Papa que estaba esperando el mundo, pero el miércoles 13 de marzo de 2013 , frente a los católicos presentes en Roma, rezando por él en silencio, América Latina –Argentina específicamente- consiguió tener su primera oportunidad. Un Argentino es el nuevo Papa .
¡Ojalá sea un buen pastor para los católicos y un referente para el resto de la humanidad.
¡Dios lo bendiga y lo guíe! Amen.
Prof. Graciela Caramelino de Porfiri
Comentar