El golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, fue un plan sistemático de represión, vaciamiento de las empresas estatales, endeudamiento y establecimiento de las condiciones de dependencia, pergeñado y ejecutado por el poder económico internacional y el poder civil y militar local para apoderarse de las riquezas del país.
El golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, fue un plan sistemático de represión, vaciamiento de las empresas estatales, endeudamiento y establecimiento de las condiciones de dependencia, pergeñado y ejecutado por el poder económico internacional y el poder civil y militar local para apoderarse de las riquezas del país.
Los grandes cambios políticos y económicos en países del Tercer Mundo, como es el caso de la Argentina, se producen a partir de una combinación de factores internos y externos. Precisamente, el golpe de Estado perpetrado por las Fuerzas Armadas argentinas el 24 de marzo de 1976, es resultado de una combinación tal: una insostenible situación doméstica sumado al invalorable apoyo norteamericano.
En cuanto a este último aspecto, la presencia en América Latina, de gobiernos democráticos con base popular en los años sesenta e inicios de los setenta y la importante democratización de la sociedad civil durante su vigencia, se convirtieron para los Estados Unidos en un impedimento que dificultaba la reproducción del capital, así también como un ámbito propicio para el surgimiento de políticas nacionales independientes con una importante participación de fuerzas izquierdistas, que ese país no estaba dispuesto a aceptar. Democracia se convirtió entonces en sinónimo de ingobernabilidad, y como bien lo afirma la Licenciada y especialista en las relaciones América Latina – EE.UU., Anabella Busso, un análisis de este tipo conduce a un claro apoyo a los gobiernos autoritarios por parte de las administraciones norteamericanas, que encontraban en dichos regímenes el medio ideal para la aplicación de la doctrina de la contrainsurgencia.
En nuestro país, la muerte de Juan D. Perón dejó sin control al conjunto de fuerzas que habían coexistido conflictivamente bajo su liderazgo; esto, sumado al descontrol económico, la violencia política y la evidente descomposición del gobierno de María Estela Martínez de Perón (viuda y sucesora de Perón) desembocó en el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, efectuado por la Junta Militar integrada por Jorge Videla del ejército, Emilio Massera de la marina y Orlando Agosti de la aeronáutica, que inauguraron lo que ellos mismos denominaron el Proceso de Reorganización Nacional. El gobierno era ejercido en forma directa y en todos los niveles por las Fuerzas Armadas y se caracterizó por una dura represión política y social, la desarticulación de las bases de la economía industrial y el ejercicio autoritario del poder. La Junta Militar impuso el terrorismo de Estado, con una represión implacable, no sólo contra las acciones guerrilleras, sino también contra toda forma de participación popular. Aplicó pautas autoritarias y excluyentes, donde el uso de la fuerza represiva fue un elemento determinante con el objeto de eliminar, desarticular o controlar todo lo que se consideraba contrario al régimen. Así, se llevó adelante una brutal violación de los Derechos Humanos, que comprendía la suspensión de toda actividad política, seguida de persecuciones, privación de la libertad, torturas, desaparición y, en muchos casos, ejecución de personas. Fue, sin duda, el régimen autoritario más sangriento que registra la historia Argentina. También, pueden señalarse las disoluciones del Congreso y de los partidos políticos, la prohibición de las huelgas, la censura de los medios de comunicación y el brutal endeudamiento externo. Al momento del golpe de Estado, la Argentina tenía una deuda externa de 7.800 millones de dólares y cuando la Junta Militar deja el poder, dicha deuda ascendía a 45.100 millones de dólares, siendo un hecho inédito en la historia mundial.
El régimen militar, que en 1978 había llevado al país al borde de una guerra con Chile, inició su última etapa con la ocupación militar de las Islas Malvinas.
Sintéticamente, el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, fue un plan sistemático de represión, vaciamiento de las empresas estatales, endeudamiento y establecimiento de las condiciones de dependencia, pergeñado y ejecutado por el poder económico internacional y el poder civil y militar local para apoderarse de las riquezas del país.
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Para los que no estuvieron o tal vez se olvidaron
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